¿Cómo evaluar la inteligencia emocional?
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La inteligencia emocional es un conjunto de habilidades que nos ayudan a relacionarnos con nuestras emociones y con los demás de una manera saludable. En este artículo revisaremos cómo podemos evaluarla en función de sus dimensiones.
El concepto de inteligencia emocional nació en un momento en el que los psicólogos entendieron que difícilmente podemos escindir las emociones de nuestro proceso de toma de decisiones. De hecho, su reconocimiento supuso apostar por ellas para tomar mejores decisiones.
¿Qué es la inteligencia emocional?
Mayer y Salovey (1997) definen la inteligencia emocional como la capacidad de percibir y expresar emociones, asimilarlas en el pensamiento, comprender y razonar con ellas y regularlas. Los componentes básicos de esta definición son los siguientes:
- Percepción y expresión de emociones: consiste en identificar y expresar las emociones, sentimientos y pensamientos.
- Asimilar la emoción en el pensamiento: usar las emociones para potenciar el pensamiento en formas productivas.
- Comprender y analizar la emoción: etiquetar las emociones y comprender las asociaciones de ellas con los cambios que producen.
- Regulación reflexiva de la emoción: reflexionar, monitorizar y regular las emociones.
La inteligencia emocional nos ayuda a orientar nuestra sensibilidad en una dirección favorable a nuestros intereses y a los de las personas que queremos. Asimismo, nos permite diferir las gratificaciones y regular nuestros propios estados de ánimo. También nos ayuda a evitar que la angustia afecte nuestras facultades racionales y nos capacita para empatizar y confiar en las otras personas (Goleman, 1995).
Este tipo de inteligencia no solo se compone de un conjunto de habilidades emocionales, también la integran otro tipo de habilidades como las cognitivas y conductuales (Gallego, como se citó en Dueñas, 2002). Entre las cognitivas podemos hallar las siguientes:
- Saber leer e interpretar los indicadores sociales.
- Reconocer las propias debilidades y fortalezas.
- Comprender los sentimientos de los demás y respetar las diferencias individuales.
- Desarrollar esperanzas realistas sobre uno mismo.
En cuanto a las habilidades conductuales podemos encontrar las siguientes:
- Resistir las influencias negativas.
- Escuchar a los demás.
- Participar en grupos positivos de compañeros.
- Responder eficazmente a la crítica.
- Comunicarse con los demás a través de otros canales no verbales, gestos, tono de voz, expresión facial, etc.
La evaluación de la inteligencia emocional
De acuerdo con una revisión sistemática realizada por Sánchez-Teruel y Robles-Bello (2018), las medidas de evaluación para la inteligencia emocional más usadas están basadas en un 57,5 % en pruebas de papel y lápiz (autoinformes, cuestionarios, escalas, etc.), un 37 % basados en técnicas 360º y el resto 5,5 % en otras técnicas de medidas como observadores externos.
A continuación, presentaremos algunos instrumentos que, de acuerdo con estos investigadores, ofrecen niveles de fiabilidad y validez que respaldan su uso en procesos de evaluación psicológica:
Trait Meta-Mood Scale (T.M.M.S.)
Este instrumento está adaptado al español por Fernández- Berrocal, Extremera y Ramos (2004). Evalúa los aspectos intrapersonales de la inteligencia emocional y está compuesto por tres dimensiones:
- Atención a los sentimientos. Nivel de creencia sobre la focalización emocional.
- Claridad emocional. Percepción subjetiva sobre las propias emociones.
- Reparación de las emociones. Creencia de poder interrumpir y regular los estados emocionales negativos y potenciar los positivos.
Schutte Self Report Inventory (S.S.R.I.)
Este inventario está adaptado y validado al español por Chico (1999). Incluye aspectos intrapersonales e interpersonales y está compuesto por 33 ítems con formato de respuesta tipo Likert de 5 puntos. Está destinado a adolescentes y adultos de población general entre 17 y 25 años y está constituida por cuatro factores:
- Percepción emocional. Se mide la valoración de las emociones propias y de los demás.
- Manejo de las propias emociones. Evalúa el autocontrol.
- Manejo de las emociones de los demás. Se refiere a la capacidad para entender y ayudar a los demás a través de la percepción de sus propias emociones.
- Utilización de las emociones. Analiza el uso de las propias emociones como vía para la automotivación.
Emotional Quotient Inventory (EQ-i)
Este inventario está compuesto por 133 ítems que evalúan los cinco componentes de la inteligencia emocional. Completar el registro puede durar unos 30 minutos, y se obtiene una puntuación global, otra puntuación para los cinco componentes y otra puntuación estimada para 15 subescalas. Los componentes a medir son los siguientes:
- Inteligencia intrapersonal. Se compone de las habilidades de autoconciencia emocional, autoestima personal, asertividad, auto-actualización e independencia.
- Inteligencia interpersonal. Está constituida por las subdimensiones de empatía, relaciones interpersonales y responsabilidad social.
- Adaptación. Valora la flexibilidad y la capacidad de improvisación ante circunstancias inesperadas y que pueden tener un impacto emocional significativo.
- Gestión del estrés. Valora la capacidad de tolerar el estrés y el control de los impulsos.
- Humor general. Abordan las subdimensiones de felicidad y optimismo.
Emotional Regulation Questionnaire (ERQ)
Este cuestionario está adaptado al español por Cabello, Ruiz-Aranda, Salguero y Castillo (2009). Tiene de 10 ítems que evalúan la regulación emocional. La versión en español está destinada a población española entre 18 y 70 años de edad. Esta prueba consta de dos subdimensiones:
- Supresión emocional. Evalúa la forma de modular la respuesta emocional -que incluye la inhibición de la expresión de las conductas emocionales-.
- Reevaluación cognitiva. Trata de valorar una forma de cambio cognitivo relacionada con la construcción de una nueva situación emocional que mejore el estado anímico de la persona.
Mayer-Salovey-Caruso Emotional Intelligence Test (MSCEIT)
Esta prueba está adaptada al castellano por Extremera y Fernández-Berrocal (2002). El MSCEIT está compuesto por 141 ítems. Estos miden los cuatro aspectos del modelo original de Mayer y Salovey:
- Percibir emociones de manera eficaz.
- Usar emociones para facilitar el pensamiento.
- Comprender las emociones.
- Manejar emociones.
En conclusión, la inteligencia emocional es una habilidad multidimensional que principalmente ha sido evaluada a través de cuestionarios, escalas, inventarios, etc. Con ellos se ha buscado determinar en qué medida está presente dicha inteligencia en la vida de las personas.
Conocer esto es importante para proponer intervenciones clínicas, educativas o laborales que estimulen y mejoren las habilidades emocionales de las personas en los diferentes contextos.
Fuente: lamenteesmaravillosa.com